sábado, 11 de febrero de 2012

El Imperio Bizantino

Se llama así a la parte oriental del Imperio romano que sobrevivió a la caída del Imperio de Occidente en el siglo V, su capital fue Constantinopla (la actual Estambul, en Turquía) y su duración se prolongó hasta la toma de ésta por los otomanos en 1453.

Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio romano de Oriente en el 330, después de que Constantino I el Grande, el primer emperador cristiano, la fundara en el lugar de la antigua ciudad de Bizancio. Gradualmente se desarrolló hasta convertirse en una verdadera capital de las provincias romanas orientales.


Sin embargo para sus habitantes era simplemente Roma y sus ciudadanos eran romanos. El griego era la lengua principal, aunque algunos habitantes hablaban latín, copto, sirio, armenio y otras lenguas locales. Sus emperadores consideraron los límites geográficos del Imperio romano como los suyos propios y buscaron en Roma sus tradiciones, sus símbolos y sus instituciones. El Imperio, regido por un emperador (en griego, basileus), lentamente formó una síntesis a partir de las instituciones tardorromanas, el cristianismo ortodoxo y la cultura y lengua griegas.

La prosperidad comercial de los siglos IV, V y VI hizo posible el auge de muchas antiguas ciudades. Las grandes propiedades dominaban el mundo rural y aunque los elevados impuestos tuvieron como consecuencia el abandono de la tierra, la agricultura permaneció como la principal fuente de riqueza del Imperio. La Iglesia y la monarquía adquirieron vastos territorios, convirtiéndose de este modo en los mayores terratenientes del Imperio. Una rigurosa regulación imperial sobre la pureza y suministro de los metales preciosos, al igual que sobre la organización del comercio y la actividad artesanal, caracterizaron la vida económica.

Máxima expansión del Imperio Bizantino con Justiniano

El emperador Justiniano I y su esposa, Teodora, intentaron restaurar la antigua majestuosidad y los límites geográficos del Imperio romano. Entre el 534 y el 565 reconquistaron el norte de África, Italia, Sicilia, Cerdeña y algunas zonas de la península Ibérica. Sin embargo, este esfuerzo, junto con los importantes gastos contraídos al construir edificios públicos e iglesias, como la basílica de Santa Sofía en Constantinopla, agotaron los recursos económicos del Imperio.


Resumen de la historia bizantina >> 



Video adecuado para 1er ciclo de la ESO





Documental íntegro sobre Bizancio de la serie "La construcción de un Imperio"




Video sobre la Basílica de Santa Sofía

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