El economista y biógrafo de Keynes, Robert Sikidelsky, lanza junto a su hijo, Edward, el ensayo '¿Cuánto es suficiente?' Una obra que reflexiona sobre los usos de la riqueza, la naturaleza de la felicidad y propone alternativas para conseguir una “vida buena”.
Este es sobre todo un blog de Ciencias Sociales pero como no creo que se deban hacer compartimentos estancos en el conocimiento, he querido que esté abierto a otros temas en las fronteras de las Humanidades.
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martes, 30 de octubre de 2012
miércoles, 16 de noviembre de 2011
El neocolonialismo o como los países del norte siguen explotando a los países del sur
Cuando los estados de América, África y Asia fueron accediendo a la independencia no les fue sencillo escapar del control de sus antiguas metrópolis. El viejo colonialismo fue sustituido por una forma más sutil de control: el neocolonialismo.
Se promueve que accedan al poder gobiernos favorables a los intereses occidentales y que sigan permitiendo la explotación del país y sus recursos a las compañías occidentales. Se privatizan los recursos, se abarata la mano de obra, se eliminan sindicatos, se recortan derechos... Si algún gobierno cambia de manos y unas votaciones se escapan al control occidental, una serie de boicots (huelgas, retirada de ayudas y préstamos, exclusión del comercio internacional...) ayudan a reencauzar la situación. Si esta coacción no es suficiente, un golpe de estado ayuda a devolver la calma financiera al país y las expropiaciones a las compañías damnificadas.
Estos mecanismos han sido expuestos a la luz pública por John Perkins, alguien que conoce bien el tema puesto que era uno de los agentes que el gobierno y las corporaciones norteamericanas utilizaban para estos menesteres. En su libro "Confesiones de un gángster económico" describe casos concretos (Irán, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Panamá, Nicaragua...).
A continuación puedes ver una entrevista en la cual relata en primera persona sus experiencias.
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CONFESIONES DE UN GANGSTER ECONOMICO. LA CARA OCULTA DEL IMPERIALISMO AMERICANO JOHN PERKINS BOOKS4POCKET, 2009 |
Estos mecanismos han sido expuestos a la luz pública por John Perkins, alguien que conoce bien el tema puesto que era uno de los agentes que el gobierno y las corporaciones norteamericanas utilizaban para estos menesteres. En su libro "Confesiones de un gángster económico" describe casos concretos (Irán, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Panamá, Nicaragua...).
A continuación puedes ver una entrevista en la cual relata en primera persona sus experiencias.

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miércoles, 19 de octubre de 2011
Armas, gérmenes y acero, de Jared Diamond. ¿Por qué la civilización surgió en determinados lugares y no en otros?
Una pregunta nada fácil de contestar o que ha recibido respuestas más que discutibles por sus connotaciones incluso racistas. La tesis que expone Jared Diamond me parece muy sugestiva y ampliamente argumentada. A pesar de que defiende la importancia de los condicionamientos geográficos evita caer en el determinismo. También es muy recomendable su siguiente libro: "Colapso" (2004), en el que extiende su argumentación a traves del estudio de civilizaciones que fracasaron por no tener en cuenta los límites ambientales.
"Armas, gérmenes y acero" es un libro de investigación histórica escrito en 1997 por el biólogo Jared Diamond, catedrático de geografía y fisiología en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Diamond analiza el progreso de diferentes civilizaciones del mundo y propone una explicación a la apariencia de que la cultura de Europa occidental haya llegado a ser la predominante sobre las demás. El autor ganó el premio Pulitzer por el libro en 1998.
Es un intento por explicar las razones por las que las civilizaciones euroasiáticas, en general, han sobrevivido y conquistado otras, y al mismo tiempo, refutar la idea de que la hegemonía euroasiática se debe a la superioridad genética, moral o intelectual de los miembros de tales civilizaciones. Diamond alega que las diferencias de poder, y en concreto en la posesión de tecnología entre las diferentes sociedades humanas, tienen su origen en las diferentes condiciones ambientales.
La tesis principal del autor es que Eurasia, por su mayor extensión, contenía la mayor proporción de especies vegetales y animales susceptibles de ser domesticadas; además la mayor parte de Eurasia se sitúa en el eje este-oeste donde existen pocas barreras geográficas -montañas o desiertos-, lo que permitió una rápida expansión de la agricultura. En otras zonas geográficas, el predominio de las sociedades de cazadores y recolectores provocó la desaparición de las especies animales susceptibles de ser domesticadas. En Eurasia la extensión de la agricultura y existencia de la ganadería permitían una mayor densidad de población, lo que supuso una ventaja numérica en el enfrentamiento de estas sociedades con las sociedades de cazadores recolectores.
La convivencia estrecha con el ganado dio lugar, en las sociedades ganaderas, a la exposición de los humanos a gérmenes de origen animal y la mayor densidad demográfica produjo que estos gérmenes pudieran atacar a las poblaciones humanas ocasionalmente, incluso adquiriendo el carácter de epidemias. Con el tiempo, las sociedades euroasiáticas llegaron a inmunizarse relativamente contra esos gérmenes. De hecho, fueron las epidemias de enfermedades como la viruela, el sarampión, la tuberculosis, la gripe y otras, un factor decisivo en el dominio de los occidentales sobre poblaciones no expuestas con anterioridad a estos gérmenes y por tanto no inmunes, como los indígenas americanos antes de 1492.
La tesis principal del autor es que Eurasia, por su mayor extensión, contenía la mayor proporción de especies vegetales y animales susceptibles de ser domesticadas; además la mayor parte de Eurasia se sitúa en el eje este-oeste donde existen pocas barreras geográficas -montañas o desiertos-, lo que permitió una rápida expansión de la agricultura. En otras zonas geográficas, el predominio de las sociedades de cazadores y recolectores provocó la desaparición de las especies animales susceptibles de ser domesticadas. En Eurasia la extensión de la agricultura y existencia de la ganadería permitían una mayor densidad de población, lo que supuso una ventaja numérica en el enfrentamiento de estas sociedades con las sociedades de cazadores recolectores.
La convivencia estrecha con el ganado dio lugar, en las sociedades ganaderas, a la exposición de los humanos a gérmenes de origen animal y la mayor densidad demográfica produjo que estos gérmenes pudieran atacar a las poblaciones humanas ocasionalmente, incluso adquiriendo el carácter de epidemias. Con el tiempo, las sociedades euroasiáticas llegaron a inmunizarse relativamente contra esos gérmenes. De hecho, fueron las epidemias de enfermedades como la viruela, el sarampión, la tuberculosis, la gripe y otras, un factor decisivo en el dominio de los occidentales sobre poblaciones no expuestas con anterioridad a estos gérmenes y por tanto no inmunes, como los indígenas americanos antes de 1492.
Diamond señala que casi todos los logros de las sociedades humanas (científicos, artísticos, arquitectónicos, políticos y otros) han ocurrido en el continente euroasiático, mientras que las sociedades de otros continentes (África Sub-Sahariana, América, y Australia) han sido conquistadas, desplazadas, o, en casos extremos (como ocurrió con los indígenas de Norteamérica, Australia y Sudáfrica), fueron completamente exterminadas por fuerzas militares y políticas de las sociedades euroasiáticas. Estas ventajas tienen su origen en el dominio temprano de la agricultura poco después de la última glaciación. Jared Diamond propone explicaciones para las diferencias tan drásticas en la distribución tanto de poder como de tecnología entre las distintas civilizaciones de la historia.
Fuente: Wikipedia
Recientemente Sohini Ramachandran y Noah Rosenberg, de la Universidad Brown y la Universidad de Stanford respectivamente, valiéndose de la información genética que permite explorar los efectos que los ejes continentales y la gama de climas en cada uno tuvieron sobre la migración humana y la adaptación, han constatado que hay evidencias de que la difusión tecnológica se aceleró en Eurasia, respaldando así las tesis de J. Diamond.
En los siguientes vídeos puedes ver la serie realizada para televisión por el propio Jared Diamond, en el que explica la tesis principal del libro:

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miércoles, 23 de marzo de 2011
El misterioso manuscrito Voynich
El manuscrito Voynich es uno de los manuscritos más misteriosos que se hayan encontrado, ya que fue escrito por un autor desconocido en un lenguaje que nadie entiende. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona ha resuelto uno de los mayores misterios del libro: ¿Cuándo fue confeccionado?
Usando la técnica de datación por radiocarbono, un equipo liderado por Greg Hodgins, del departamento de física de la mencionada universidad, ha dictaminado que las páginas de pergamino del manuscrito datan de principios del siglo XV, lo cual implica que el libro es un siglo más viejo de lo que se pensaba.
Este tomo, digno de un relato de H.P. Lovecraft y sobre el que no han faltado comparaciones con el polémico Necronomicón (un libro maldito citado a menudo por Lovecraft en su narrativa), cuenta con filas de texto escrito sobre pergamino, situadas alrededor de ilustraciones dibujadas de manera muy detallada y que representan plantas, mapas astronómicos y figuras humanas bañándose en lo que algunos han interpretado como una alusión a la fuente de la juventud.
A primera vista, el Manuscrito Voynich parece no ser diferente a cualquier otra antigua obra renacentista con texto y arte gráfico. Por ejemplo, las tonalidades de los colores denotan el uso de los pigmentos típicos de la paleta del Renacimiento, los disponibles en esa época.
Pero cuando se le mira más detenidamente, se aprecia que nada es lo que parece. Caracteres extraños, algunos recordando a letras latinas, y otros sin el menor parecido con los de los idiomas conocidos, están organizados en lo que parecen ser palabras y frases, excepto que no se asemejan a nada conocido que haya sido escrito (o leído) por seres humanos.
Usando la técnica de datación por radiocarbono, un equipo liderado por Greg Hodgins, del departamento de física de la mencionada universidad, ha dictaminado que las páginas de pergamino del manuscrito datan de principios del siglo XV, lo cual implica que el libro es un siglo más viejo de lo que se pensaba.
Este tomo, digno de un relato de H.P. Lovecraft y sobre el que no han faltado comparaciones con el polémico Necronomicón (un libro maldito citado a menudo por Lovecraft en su narrativa), cuenta con filas de texto escrito sobre pergamino, situadas alrededor de ilustraciones dibujadas de manera muy detallada y que representan plantas, mapas astronómicos y figuras humanas bañándose en lo que algunos han interpretado como una alusión a la fuente de la juventud.
A primera vista, el Manuscrito Voynich parece no ser diferente a cualquier otra antigua obra renacentista con texto y arte gráfico. Por ejemplo, las tonalidades de los colores denotan el uso de los pigmentos típicos de la paleta del Renacimiento, los disponibles en esa época.
Pero cuando se le mira más detenidamente, se aprecia que nada es lo que parece. Caracteres extraños, algunos recordando a letras latinas, y otros sin el menor parecido con los de los idiomas conocidos, están organizados en lo que parecen ser palabras y frases, excepto que no se asemejan a nada conocido que haya sido escrito (o leído) por seres humanos.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados, incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra. Esta sucesión de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica, pero ha alimentado también la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno.
Sin embargo, el que cumpla la ley de Zipf, que viene a decir que en todos los lenguajes conocidos la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma más corta es), hace pensar que se trata no sólo de un texto redactado en un lenguaje concreto, sino también que este lenguaje está basado en alguna lengua natural, ya que lenguajes artificiales como los élficos de Tolkien o el Klingon de Star Trek no cumplen esta regla. Esto es debido a que la explicación a esta ley se basa en la economía lingüística: las palabras que más utilizamos son más cortas y así requieren menos energía, por ello es el uso de una lengua el que acaba por imponer esta ley. Es prácticamente imposible que el autor del manuscrito Voynich conociera la ley de Zipf, enunciada muchos siglos después, y por tanto que la aplicase a un lenguaje inventado por él.

El manuscrito, que hoy es propiedad de la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Yale, fue descubierto en 1912 en la Villa Mondragone, cerca de Roma, por el comerciante en libros antiguos Wilfrid Voynich, mientras clasificaba el contenido de un baúl de libros puestos a la venta por la Compañía de Jesús. Voynich dedicó el resto de su vida a desvelar el misterio del origen del libro y a descifrar el significado de sus caracteres. Murió 18 años después, sin haber conseguido desentrañar ninguno de los enigmas del libro.
jueves, 6 de enero de 2011
Un día en la antigua Roma
Suponed que despertáis un día en la Roma del emperador Trajano, en el S.II d.C. Podríais visitar los mercados, las termas, los templos, las tabernas... Presenciar en directo el transcurso de la vida diaria de la mayor urbe de la antigüedad, tanto de los más humildes -esclavos y plebeyos- como de los ricos patricios. Asistir a las luchas de gladiadores en el Coliseo, participar en un banquete en casa de un senador, recorrer una ínsula -donde vivían la mayoría de romanos- o ver la animación de los foros.
Ésto es lo que propone el libro de Alberto Angela "Un día en la antigua Roma", reconstruir la vida cotidiana en Roma durante todo un día, hora a hora, con rigor pero de forma muy amena (es un libro de divulgación, no un ensayo histórico). El relato está lleno de anécdotas, descripciones muy detalladas de las costumbres y ambientes, datos curiosos sobre las costumbres, creencias, aspiraciones y preocupaciones de gente que vivió hace 2000 años pero que ha dejado numerosos rastros que los arqueólogos e historiadores pueden seguir.
Un día en la antigua Roma: Vida cotidiana, secretos y curiosidades
380 páginas
La Esfera de los Libros (2009)
Alberto Angela es un conocido divulgador de la televisión pública italiana (RAI) que, junto a su padre Piero Angela, es responsable de prestigiosos y muy interesantes programas como Ulisse, Superquark y Pasaggio a Nordovest. También es paleóntologo y paleoantropólogo, habiendo participado en expediciones en África y Extremo Oriente.
Pero si además queremos "ver" el aspecto que debieron tener muchos de estos lugares podemos recurrir a las muchas reconstrucciones virtuales que se han realizado con la ayuda de la infografía.
Roma a vista de pájaro, el Capitolio, la Domus Aúrea de Nerón...
El Coliseo, las Termas de Caracalla, el Panteón, el Foro de Trajano y otras obras...
Circo romano:
El Foro Romano:
Visita virtual a una domus romana:

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sábado, 6 de noviembre de 2010
Bomarzo, de Manuel Múgica Laínez
Cerca de la ciudad de Viterbo, a pocos kilómetros de Roma, se encuentra la aldea de Bomarzo que fue, durante el siglo XVI la morada de un extraño duque, miembro de la familia de los Orsini. Entre las ruinas de la residencia, se encuentran los restos de un parque inverosímil, poblado por monstruos de piedra. Un elefante, un perro, un Jano bifronte, una ninfa, un Minotauro, un Neptuno, una Boca del Infierno y una enorme tortuga excitaron la imaginación de Manuel Mujica Láinez quien visitó el lugar por primera vez el 13 de julio de 1958 en uno de sus frecuentes viajes a Italia. La imaginaria historia de Pier Francesco Orsini, Señor de Bomarzo, príncipe del Renacimiento de atormentada psicología, quien carga sobre la joroba de su espalda el peso de sus pecados, es el tema de la novela histórica Bomarzo.
Manuel Mujica Láinez (1910-1989) es uno de los escritores argentinos que, al igual que Borges, pertenecen a la Literatura Universal. En su obra encontramos la mirada del miembro de una burguesía cosmopolita, educado en Europa pero profundamente identificado con la realidad argentina. Como muchos hijos de familias ricas de principios de siglo XX, realizó sus estudios secundarios en Inglaterra y Francia y concluyó los universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Aparte de su oficio de escritor se desempeñó como crítico de arte en La Nación, fue secretario del Museo de Arte Decorativo hasta 1946 en que renunció como opositor al régimen peronista y luego se desempeñó como director de Relaciones Culturales (1955-1958). Su carrera literaria se inició con libros de evocación histórica del pasado español y argentino: Glosas castellanas (1936) y Don Galaz de Buenos Aires (1938), línea que continuó en sus biografías del romántico Miguel Cané y los poetas de la literatura gauchesca, Estanislao del Campo e Hilario Ascasubi. Aparte de su trabajo como traductor en obras de Marivaux, Molière, Racine y Shakespeare, su obra más conocida es la de narrador. En ella ha sabido ordenar relatos que tienen personajes en común y forman una historia continuada y variable: Aquí vivieron (1949) es la saga de los habitantes de una casa; Misteriosa Buenos Aires (1951) historia de la ciudad, a través de personajes históricos y fantásticos; en El viaje de los siete demonios (1974) evoca los siete pecados capitales en correspondientes viñetas históricas; El escarabajo (1982) está protagonizado por una joya que pasa de mano en mano a través de los siglos. Lo más característico de su producción es la serie de novelas que describen la elegante y, a la vez, grotesca decadencia de algunas grandes familias porteñas: Los ídolos (1953), La casa (1954), Invitados en El Paraíso (1955) y Los viajeros (1956). En ellas se han señalado influencias de Eça de Queirós, Virginia Woolf y Marcel Proust. En el plano de la novela histórica, a veces mezclada con fuentes legendarias, cuentan: Bomarzo (1962), El unicornio (1965), El laberinto (1974) y De milagros y melancolías (1969).
Aparte de su oficio de escritor se desempeñó como crítico de arte en La Nación, fue secretario del Museo de Arte Decorativo hasta 1946 en que renunció como opositor al régimen peronista y luego se desempeñó como director de Relaciones Culturales (1955-1958). Su carrera literaria se inició con libros de evocación histórica del pasado español y argentino: Glosas castellanas (1936) y Don Galaz de Buenos Aires (1938), línea que continuó en sus biografías del romántico Miguel Cané y los poetas de la literatura gauchesca, Estanislao del Campo e Hilario Ascasubi. Aparte de su trabajo como traductor en obras de Marivaux, Molière, Racine y Shakespeare, su obra más conocida es la de narrador. En ella ha sabido ordenar relatos que tienen personajes en común y forman una historia continuada y variable: Aquí vivieron (1949) es la saga de los habitantes de una casa; Misteriosa Buenos Aires (1951) historia de la ciudad, a través de personajes históricos y fantásticos; en El viaje de los siete demonios (1974) evoca los siete pecados capitales en correspondientes viñetas históricas; El escarabajo (1982) está protagonizado por una joya que pasa de mano en mano a través de los siglos. Lo más característico de su producción es la serie de novelas que describen la elegante y, a la vez, grotesca decadencia de algunas grandes familias porteñas: Los ídolos (1953), La casa (1954), Invitados en El Paraíso (1955) y Los viajeros (1956). En ellas se han señalado influencias de Eça de Queirós, Virginia Woolf y Marcel Proust. En el plano de la novela histórica, a veces mezclada con fuentes legendarias, cuentan: Bomarzo (1962), El unicornio (1965), El laberinto (1974) y De milagros y melancolías (1969).
Bomarzo podría haber sido escrita por un Umberto Eco ya que reconstruye con delicado preciosismo la atmósfera violenta y refinada en la que vivían los señores renacentistas italianos. En consonancia con la tortuga de piedra, el atormentado duque de Bomarzo arrastra su lamentable figura jorobada y el peso de los múltiples pecados que cometió para llegar a ser poderoso. Ultrajado por sus hermanos y repudiado por su padre, amado por su abuela y adulado por el astrólogo y alquimista Silvio de Narni quien le promete la inmortalidad, la ambigua sexualidad del príncipe giboso se verá enfrentada ante la dulce Julia Farnese, su esposa nunca poseída y la bella prostituta florentina Pantasilea.
La monumental novela histórica Bomarzo cobra fama internacional y es traducida a varios idiomas inmediatamente de ser publicada, en 1962. En esos años, el músico Alberto Ginastera recibe el encargo de Hobart Spalding, presidente de la Opera Society de Washington para crear una ópera con la que iniciar la décima temporada de esa institución.
La monumental novela histórica Bomarzo cobra fama internacional y es traducida a varios idiomas inmediatamente de ser publicada, en 1962. En esos años, el músico Alberto Ginastera recibe el encargo de Hobart Spalding, presidente de la Opera Society de Washington para crear una ópera con la que iniciar la décima temporada de esa institución.
Bomarzo y el Manierismo
A finales del primer tercio del siglo XVI, las fórmulas renacentistas parecían agotarse en una Italia en constante revolución artística y cultural. Grandes genios del Alto Renacimiento, como Rafael y especialmente Miguel Ángel, empezaban a traicionar los preceptos clásicos y alteraban libremente los esquemas compositivos heredados de la Antigüedad para, a partir de ellos, crear algo absolutamente nuevo. Estos artistas abrieron paso a lo que ya por aquel entonces fue conocido como Manierismo, y que supone un tránsito entre el Renacimiento y el Barroco. Aún pendiente el debate de si considerar al Manierismo un estilo artístico, éste viene a poner de manifiesto un amaneramiento de las formas clásicas. El Manierismo, así, es alargamiento, es artificio, es desequilibrio. En cierto modo, el Manierismo es lo Anticlásico. Si el Renacimiento es lo apolíneo, lo sosegado, el Manierismo es lo dionisíaco, lo pasional. Un buen aperitivo para el que será el estilo de los sentidos: El Barroco.
En la nómina de los artistas considerados manieristas, nos encontramos a interesantes personalidades. Basta sólo recordar a Bronzino o Pontormo, o al mismo Greco.
Pero nada mejor para comprender el fenómeno manierista que acercarse al Parque de Bomarzo, en Italia. El popularmente llamado jardín de los monstuos estuvo bastante descuidado no hace tanto tiempo, pero desde hace unos años se ha vuelto a revalorizar, lo cual no significa que sea masivamente visitado, ni que esté en la clásica ruta turística de la Italia del Renacimiento. Se trata de un conjunto monumental situado en un sombrío bosque ubicado en la zona central de la Península Itálica. Realizado a mediados del siglo XVI por Pirro Ligurio, se compone de un interesantísimo grupo de esculturas que sorprenden al visitante entre los senderos abiertos en un viaje iniciático en el que lo misterioso y lo atemporal se dan la mano de manera verdaderamente sorprendente. Estos monstruos manieristas, realizados en piedra granítica, son a veces de un tamaño considerable, y su visionado resulta impactante, como también lo son las construcciones anticlásicas que salpican este alucinante escenario, y entre las que merece la pena destacar la casa inclinada, un ejemplo esclarecedor del desequilibrio típicamente manierista.
Pero nada mejor para comprender el fenómeno manierista que acercarse al Parque de Bomarzo, en Italia. El popularmente llamado jardín de los monstuos estuvo bastante descuidado no hace tanto tiempo, pero desde hace unos años se ha vuelto a revalorizar, lo cual no significa que sea masivamente visitado, ni que esté en la clásica ruta turística de la Italia del Renacimiento. Se trata de un conjunto monumental situado en un sombrío bosque ubicado en la zona central de la Península Itálica. Realizado a mediados del siglo XVI por Pirro Ligurio, se compone de un interesantísimo grupo de esculturas que sorprenden al visitante entre los senderos abiertos en un viaje iniciático en el que lo misterioso y lo atemporal se dan la mano de manera verdaderamente sorprendente. Estos monstruos manieristas, realizados en piedra granítica, son a veces de un tamaño considerable, y su visionado resulta impactante, como también lo son las construcciones anticlásicas que salpican este alucinante escenario, y entre las que merece la pena destacar la casa inclinada, un ejemplo esclarecedor del desequilibrio típicamente manierista.

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